sábado, 26 de septiembre de 2009

Viaje a Liverpool (parte 2)

A quién le gusten The Beatles sabrá lo mítico que es The Cavern, pero para quién no, o le gusten y no lo sepan, The Cavern es el lugar donde éstos se reunían para tocar. Era "su" garito particular, en el cual volvían locas a sus fans. El actual no es el mismo que estaba antes, sino que está en la acera de enfrente, ya que tuvieron que cerrarlo, pero sigue teniendo esa magia particular en la que todo te recuerda a ellos. Cuando entramos había un concierto de un tío bastante bueno tocando. La magia de este bar es que todo te recuerda a los Beatles, sin embargo si no te gusta la cerveza como a mí lo llevas un tanto claro. Me pedí una Coca-Cola, pero parece ser que eso en Inglaterra no se lleva, así que me pusieron cerveza con Coca Cola, una cosa un tanto extraña... Así que Vero tuvo que tomarse la mía y me pidió una cuando ella fue a pedir. Qué me encanta esa chica, una pena que le esté pasando todo lo que le está pasando...
En el bar nos ncontramos con una pandilla de españoles, con los que no hablamos, pero con los que Ana tuvo una historia... graciosa cuanto menos xD.
Después de bebernos 2 cervezas decidimos que era el momento de seguir viendo las fiestas de Liverpool y entramos en el bar justo enfrente. De nuevo se volvieron a confundir con lo que pedimos, aunque esta vez gracias a Dios no fue con lo mío. Ahora esta gente se pidieron una cerveza normal y les trajeron cerveza Guiness, esa cerveza negra que no les gusta a muchos (a esta gente nada xD), así que Marta -a ella sí le gusta- se tuvo que tomar bastante cerveza!!
Tras bailar la música típica irlandesa en ese bar, qué graciosos todos bailando con una sola pierna o dando vueltas los unos con los otros, volvimos a cambiar de bar. Cuando miramos a la izquierda, después de pedir la primera copa... ¿quién estaba allí? ¡Los españoles! Aunque aún seguimos skin hablarles.
Este nuevo bar era más bien una especie de discoteca, donde la música estaba a todo volumen y la gente bailaba. Aquí me tomé mi primera ración de bebidas alcohólicas. Pedí a la camarera un VK (4% alcohol) y por mi cara bonita -si es que no se puede ser más guapo- me regaló otro más. Toma ya, alegría para el cuerpo. Las chicas y Chris seguían con sus cervecitas y ya empezaban a estar más contentas de lo habitual.
Dos horas después de estar en ese bareto el hambre empezaba a acechar, y es que habíamos comigo hacía 5 horas, con lo cual necesitábamos volver a comer algo, pero los sándwiches que nos habíamos hecho esa mañana ya estaban todos acabados, así que con la borrachera encima y a las 10 de la noche (es que parece mentira, pero empezamos a beber a las 6) nos fuimos buscando algún sitio donde comer.
Tras comernos una pizza en un bar de comida rápida, preguntamos a los liverpunianos (o liverpulienses, o como se diga) dónde podíamos seguir la fiesta, ya que la zona de Mathew Street ya estaba muy vista. Nos dijeron que fuéramos a Concert Square, que allí había nuevas y buenas discotecas.
Íbamos de camino para Concert Square cuando, de repente, ¿a quién nos volvemos a encontrar? a los españoles!!! Ya ellos dijeron, mira, esto cómo concholes va a ser, y se pusieron a hablar con las niñas primero y con nosotros después. Les dijimos dónde íbamos y nos juntamos toda una pandilla de españoles (creo que éramos 15) con un sólo inglés, nuestro Chris.
A las 11 y media, parece mentira, pero sí, a las 11 y media entramos en una discoteca, pagando 3 libritas. Después de 5 horas de fiesta no estábamos para nada cansados, así que a bailar y beber durante toda la noche!! Nos cogimos un sitio en la pista de baile sólo para nosotros y ahí comenzó de verdad la noche. El DJ, genial en su trabajo, nos puso bastantes canciones que le pedimos, y dedicaba siempre palabras a los españoles para que no decayera la fiesta.
No todo iba a ser bueno. De esa discoteca sí que guardo un ingrato recuerdo. Pedí un Vodka (este ya de los buenos) con naranja, y los muy c...... me pusieron un vodka con zumo de naranja. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Qué cosa más asquerosa!!!!!!!!!!!!!!!
A las 3 y media cerró la disco y teníamos que seguir con la fiesta hasta coger nuestro bus a las 6, con lo que nos fuimos a otra disco (quién hubiera imaginado que en Inglaterra iban a tener fiesta hasta las 7 de la mañana) y de nuevo a bailar y beber. Aunque esto lo hicieron las 3 pacenses, ya que Vero, Chris y yo preferimos pagar las 4 libras en comer algo tranquilamente. Decidimos estar en la calle con toda la movida, pero el carajote de Chris, mira que se lo dijimos veces durante la mañana, no se llevó una chaqueta, con lo cual estaba entrando en medio hipotermia, así que tuvimos que entrar en algún sitio.
Descubrí una discoteca en la cual la entrada era gratis. El ambiente no era el idóneo, pero qué le íbamos a hacer, no nos quedaba más dinero... así que entramosy a esperar allí hasta las 6 para coger nuestro bus.
La verdad es que el día fue tremendamente bueno. No se refleja mucho aquí porque no tengo muchas ganas de escribir, casi lo hago por obligación, pero recomiendo a la gente hacer esto alguna vez en la vida. Acabas muerto, pero merece la pena. Quizá lo hagamos con Manchester alguna vez, pero para eso faltan al menos dos meses, porque se necesitan muchas ganas de fiesta, dinerillo y una ciudad que merezca la pena.

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